Por Salvador Hernández LANDEROS
Sólo en la inspiración de los poetas y bohemios trasnochados, la luna miel es eterna. En la gente común actual que anda toda “apandemiada”, no cabe eso.
La cruda realidad dicta llanamente que para “el pan nuestro de cada día” hay que “fregarse”. Entrarle a la “friega” diaria, de sol a sol, si se quiere progresar.
Esa realidad la deben entender los administradores del erario que en su mundo
político les da porque les llamen el señor gobernador o, también, alcalde.
Ya es tiempo que dejen de andar ofreciendo proyectos que no van a cumplir. Que enfrenten la realidad. La luna de miel política ya se acabó.
Seguridad pública no hay. Delitos patrimoniales a diario y la responsabilidad no sólo es del Estado. También les corresponde atenderla a los 51 municipios.
Samuel García debe dar descanso a los niños y no explotar más su imagen. Que los padres de familia hagan lo suyo en la educación y la salud.
Luis Donaldo, Cristina, César. Miguel Treviño, Daniel Carrillo, Andrés Mijes, alcaldes de los principales municipios metropolitanos deben ponerse las pilas.
El problema del agua no sólo compete al Estado. La falta del vital líquido será pareja de no tener apoyo de la naturaleza y nos proporcione lluvia abundante.
Los ciudadanos también tenemos la responsabilidad de cuidar el agua. Ni una gota desperdiciar. Y ante el Covid, cooperar para no afectar la salud de otros.
Y al Congreso del Estado, donde se refugia cada lacra que Dios guarde la hora, exigirle que los diputados desquiten carros y sueldo que se les paga.