Activistas y ciudadanos llegaron hasta las puertas del DIF Fabriles y exigieron justicia por la muerte del adolescente Ángel Manuel Moreno, de 14 años de edad que el Gobierno del Estado escondió varios días.
Entre las personas se encontró el sacerdote José Manuel Guerrero Noyola, quien se unió a las demandas de justicia y esclarecimiento de los hechos.
Tras de que el Estado reveló que murió el pasado 9 de febrero, los activistas exigieron al gobernador Samuel García y a su esposa Mariana Rodríguez, funcionaria del gobierno como titular de la Oficina Amar a Nuevo León, que den la cara y ofrezcan una explicación.
“Mariana Rodríguez nos tiene que dar una explicación, se llevó a un niño a tomarse la foto, como si esto fuera para divertirse un ratito y tener likes, pero no tuvo tiempo para investigar cómo se le está tratando a los niños de la institución que ella preside”, explicó Maria Teresa Cervantes.
“¿Desde cuándo en una institución se golpea a un menor?, ¿desde cuándo en una institución, que es para proteger los derechos de los menores, nos encontramos con un menor asesinado? Esto es muy sospechoso, porque, ¿quién dio la autorización para que el cuerpo de un menor fallecido haya sido cremado?”, señaló a su vez la abogada María Jacinta Contreras.
Lilia Perales, otra de las activistas, criticó que la pareja gobernante siempre suba a sus redes sociales todo lo que hace, y ahora no informó sobre la muerte de adolescente.
“Cómo es posible que la señora Mariana se la pasa pregonando que anda en el DIF y que haya pasado eso, y hasta el noveno día que ocurrió el fallecimiento de este joven nos enteremos, o sea, cómo es posible de ellos que son un par de faranduleros”, dijo Perales.
El adolescente presuntamente por un choque séptico de abdomen tras presentar problemas estomacales.


