Por Pedro García
Reza el dicho: cada quien habla según le vaya en la fiesta. Para el caso de Nuevo León, la danza de los millones.
Pues he ahí que en el pleito (por un peso se agarran de las greñas hasta los parientes) de los alcaldes del viejo Nuevo León (César dixit) con el gobernador Samuel García han saltado –como terceros en discordia-, ediles rurales agraciados con el reparto de recursos económicos aunque no gratuitamente, pues el presidente municipal de Cerralvo, Baltazar Martínez Montemayor expone el esfuerzo que han efectuado para, puntualmente, presentar los proyectos ante el gobierno estatal.
Baltazar sabe de lo que habla. Es un político experimentado. No es un halago simplista ya que es indispensable señalar que cuenta con una trayectoria probada en la administración pública, pues conoce el funcionamiento del gobierno municipal y del poder legislativo, local y federal; en otras palabras, hay liderazgo.
La NOTA publicada en el diario El Norte brinda palabras de Baltazar: “agradecer al Gobernador que en tiempo y forma nos está haciendo llegar los recursos y todos con proyectos y cumpliendo con reglas de operación”.
El alcalde Baltazar Martínez hace una convocatoria: “más que buscar golpeteo político, invitaría a la civilidad y a la integración de los 51 alcaldes, independientemente del partido y color que sean”.
La reyerta del “viejo Nuevo León” con el gobernador tiene, en el Congreso local, otra caja de resonancia a cargo de la mayoría opositora que nada le gusta del mandatario. Los oráculos sostienen que la guerra política no tiene un fin cercano.
A POLÍTICA Y GENTE nos hacen llegar la postura en el sentido de que el respaldo de los alcaldes rurales es obvia toda vez de su misma filiación partidista con Samuel García en Movimiento Ciudadano donde él es el jefe político.
Al respecto, asentamos que los ediles proceden con sentido práctico, es decir, salir en defensa de Samuel. El proyecto es el proyecto y todos ellos van en el mismo barco, con la misma brújula y el mismo compás.
El gobernador padece (¿) a la oposición que está en el papel de ir en contra de todo y a favor de nada. Así le pasó a Jaime Rodríguez Calderón, lo cual es consecuencia de llegar al poder huérfano de diputad@s en el Congreso. Luego, ese rollo del equilibrio de poderes o los contrapesos, es una tesis no recomendable porque si la oposición domina en el poder Legislativo no deja gobernar y hasta puede generar la ingobernabilidad por una conducta mezquina con tal de arrebatar…
Mientras tanto, el mandatario sigue navegando en por el mundo y es renuente a perder tiempo entrando a pleitos en posturas intangibles y opta por la gestión concreta, productiva, concertando nuevas inversiones extranjeras como Tesla, proyecto que excitó a la opinión pública a lo que ahora agrega la atracción de más plantas como las procedentes de los “tigres asiáticos”, nada despreciable ante la posibilidad de que la industria local participe entre la masa de proveedores.