Seguro de sus afirmaciones, Gabriel Macías sostiene que la “Tremenda Carola” pisa fuerte en el despliegue de su campaña en pos de la alcaldía de Apodaca y, una prueba de ello, es que “nos están desapareciendo propaganda”.

Macías es empresario de la rama automotriz y aspira a diputado local por el Séptimo Distrito por el PES, Partido Encuentro Solidario, siglas que impulsan a la Tremenda Carola.

En breve entrevista, comenta que en el ánimo de los ciudadanos advierte un hartazgo hacia el todavía alcalde quien ambiciona prolongarse tres años más en el poder.

Lo cierto, agrega Macías, es que el aún alcalde no cumplió los apoyos que prometió para enfrentar la pandemia: Los cacaraqueó, pero no cumplió, y eso molestó a la gente.

A ello debemos añadir el problema de la profunda inseguridad, la multiplicación de los robos y la carencia de programas para contrarrestar la violencia contra la mujer, por citar tres grandes problemas, detalló.

CABILDO CIUDADANO

Nuestra fórmula impulsa tremendos cambios, ella rumbo a la alcaldía y un servidor como diputado local donde haré un trabajo intensivo para asegurar presupuestos destinados al apoyo de los grupos de población vulnerable y procurar, de una vez por todas, programas para el bienestar familiar.

En cuanto a la Tremenda Carola, el candidato a diputado local informó que tiene una propuesta congruente con las demandas de los apodaquenses con la formación de un cabildo ciudadano, mujeres y hombres de las colonias, por ejemplo, Pueblo Nuevo, Ébanos, Metroplex y Fresnos.

Te puedo decir que la acompañan mujeres trabajadoras, amas de casa con gran poder de decisión, jóvenes y profesionistas, asegura Gabriel Macías entrevistado en la plaza de la colonia Fresnos Dos donde, la noche del jueves Carola realizó un acto de campaña.

CALOR AGOBIANTE

Eran las seis de la tarde, luego las siete, y el calor no amainaba; casi nadie se atrevía a salir a las calles. Rumbo a las ocho de la noche, los vecinos comenzaron a congregarse, tomar asiento con la sana distancia y escuchar a Carola.

El factor fue la suave brisa que comenzó a acariciar los rostros, como un delicado bálsamo contra el intenso calor de la tarde, y el entusiasmo se derramó en la plaza.

El acto no fue multitudinario, sólo lo absolutamente nutrido en concordancia con las órdenes de la autoridad electoral de no efectuar reuniones masivas, para ayudar a controlar y despejar la pandemia del Covid.

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