El jardín botánico ubicado en la Facultad de Ciencias Forestales de la UANL recibe alrededor de 200 jóvenes estudiantes semanalmente con el objetivo de que en el futuro sean ciudadanos conscientes del cuidado del medio ambiente.
Educar y concientizar a los infantes sobre el cuidado del medio ambiente, es la labor que realiza la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) a través de visitas guiadas en su jardín botánico.
Este ecosistema natural ubicado en Linares en la Facultad de Ciencias Forestales de la UANL recibe a la semana alrededor de 200 estudiantes desde nivel preescolar hasta secundaria.
“Recibimos a los niños y niñas y les brindamos una plática sobre la importancia de los recursos naturales que nos proveen de servicios como el agua, aire y alimento. Con ello, los infantes se sensibilizan de la relevancia sobre el cuidado del ambiente”, expresó el investigador César Martín Cantú Ayala.
De acuerdo con el profesor de la Facultad de Ciencias Forestales de la UANL, por la zona donde se ubica esta dependencia universitaria existen cerca de400 planteles educativos, por lo que desde agosto de 2022 a la fecha ha recibido alrededor dedos mil escolares.
El jardín botánico de la UANL se creó en 1986 bajo la mano del biólogo Glafiro Alanís Flores y hoy en día cuenta con una superficie de 10 hectáreas y una colección de50 mil individuos de 80 especies, entre plantas y cactáceas.
Modelos de ciudadanos conscientes
Para el científico de la Máxima Casa de Estudios del Estado, el implementar este tipo de visitas guiadas en todo el estado y, sobre todo, en el área metropolitana de Monterrey, permitiría a futuro crear ciudadanos conscientes en la materia.
“Esta labor se podría replicar en las áreas protegidas que tiene el estado, ya que recordemos que Nuevo León cuenta con 43 áreas de este tipo y, tan solo en el municipio de Monterrey, se tienen siete de ellas que podrían ser esas escuelas vivientes en un programa de educación ambiental para los niños y niñas”, destacó Cantú Ayala.
El investigador agregó que para la entidad sería una inversión en la formación de futuros ciudadanos que estarían conscientes del cuidado del planeta.
“Esta ganancia se va a ver reflejada en crear un modelo de personas que no requieran imponer multas o reglamentos para que cuiden el ambiente y que ellos por su propia conciencia puedan decidir qué es lo correcto para proteger la naturaleza”, recalcó César Cantú Ayala.