La falta de suelo disponible en áreas clave de Monterrey ha impulsado la edificación de rascacielos y complejos de uso mixto que no solo responden a las necesidades de densificación, sino que también marcan un cambio cultural en las dinámicas de vivienda y trabajo en la ciudad, fenómeno acompañado por las demandas de un mercado inmobiliario en constante evolución.
Consolidado como un hub inmobiliario de gran atractivo, tanto para inversionistas nacionales como internacionales, Monterrey cuenta con una posición geográfica estratégica en el norte del país; su economía dinámica y su cercanía con Estados Unidos convierten a la entidad en un punto clave para el desarrollo de proyectos de construcción vertical de gran magnitud.
La demanda de edificios residenciales, corporativos y mixtos ha generado un auge en la industria de la construcción y un amplio ecosistema de arquitectos, desarrolladores y empresas tecnológicas que están innovando en el diseño y operación de estos espacios, sin embargo, los retos en materia de construcción son relevantes.
“La gestión de cualquier proyecto inmobiliario implica retos significativos, pero los megaproyectos verticales destacan por la complejidad logística que los define. La limitada disponibilidad de espacio es el factor que guía cada decisión operativa, exigiendo una planificación rigurosa y soluciones creativas para superar los obstáculos”, comenta Miguel Morayta, Director de Proyectos en JLL México
Uno de los mayores retos es la gestión del almacenamiento que en cada etapa del proyecto, las áreas destinadas a almacenes, instalaciones y de personal deben ser reubicadas estratégicamente para adaptarse al avance de la construcción. Esto crea un ciclo constante de ajustes logísticos, donde el espacio se convierte en un recurso móvil, dinámico y, a menudo, insuficiente.
La excavación es otro frente complicado debido al acceso limitado para maquinaria especializada, como perforadoras y excavadoras, que requieren soluciones innovadoras y muchas veces personalizadas, lo que añade un nivel de dificultad en tiempos y costos. “Gestionar el almacenamiento de equipo y materiales en un entorno con restricciones espaciales implica planificar al milímetro cada movimiento para garantizar que las operaciones no se detengan, al tiempo que se asegura la seguridad del personal y la eficiencia de los recursos”, añade Miguel Morayta.
La construcción vertical no solo está redefiniendo el skyline regiomontano, sino que también refuerza su papel como un epicentro de innovación en la arquitectura y el urbanismo debido a que actualmente las ciudades se diseñan conforme a un principio rector como puede ser la sustentabilidad, el turismo, entretenimiento, entre otros. En el caso de Monterrey es la necesidad de cercanía por el incremento en la demanda de proyectos de oficinas y proyectos residenciales, atraída por el nearshoring.
Adicionalmente a la adopción del modelo vertical, el futuro de Monterrey se proyecta como una ciudad capaz de liderar tendencias globales en diseño urbano y sustentabilidad y con el aumento en la demanda de espacios, se busca crear agradables distritos de usos mixtos que fomenten comunidades conectadas y centradas en las nuevas necesidades de sus habitantes.
“Actualmente en Monterrey, las oficinas, la vivienda y los usos mixtos son los proyectos verticales en auge debido a la necesidad de sus residentes quienes buscan mayor cercanía entre su trabajo, su hogar y las opciones de entretenimiento, sin necesidad de desplazarse, así como una comunidad con servicios de los que pueden hacer uso”, afirma Juan Pablo Benitez, Director Regional de la Zona Norte y Occidente.
De acuerdo con el reporte de JLL “El Futuro del Distrito Financiero Central” los proyectos de usos mixtos forman parte de la reconfiguración de la urbe financiera como respuesta al envejecimiento de las infraestructuras, la obsolescencia del parque de oficinas y el deseo de los ciudadanos de desplazarse en menos tiempo, reconfiguraciones que poco a poco llegan a México como parte de la tendencia global en el sector.
Asimismo, en temas de sustentabilidad, además de las prácticas de ahorro de agua y energía, los proyectos verticales facilitan el desarrollo de espacios verdes en áreas urbanas, mejorando la calidad del aire y generando beneficios tanto ambientales como estéticos.
Al respecto, Arturo Bañuelos, Director de Proyectos y Desarrollos de JLL Latinoamérica comenta: “el área de proyectos y desarrollos está impulsando la generación de ciudades más inteligentes, más verdes y más centradas en las personas ayudando a las ciudades a satisfacer las necesidades tanto ambientales como sociales. Monterrey ya no solo construye hacia arriba; también lo hace de manera inteligente, con un enfoque en el equilibrio entre urbanización y naturaleza”.
Monterrey tiene en sus manos la posibilidad de ser un referente nacional e internacional en urbanización moderna. Con un enfoque claro en la verticalización, una estrategia inclusiva y un compromiso con la innovación, la ciudad puede reinventarse como una metrópoli del futuro.